miércoles, 12 de noviembre de 2014

Diabetes, una enfermedad del Siglo XXI

Hoy me gustaría hablaros sobre la diabetes. Seguramente conozcas a alguien cercano que padezca esta enfermedad ¿verdad?
Para empezar, debemos diferenciar entre los dos tipos de diabetes: Tipo I (insulinodependiente) o Tipo II.
Si esa persona que conoces está por encima de su peso, es probable que tenga diabetes Tipo II.
Esta enfermedad no suele tener apenas componentes genéticos, y prácticamente se desarrolla casi en su totalidad por malos hábitos de vida.

Este tipo de diabetes es el más extendido hoy en día, y suele ir acompañada de hipertensión arterial y otros trastornos tan comunes hoy en día como la hipercolesterolemia. Así el conjunto de estas enfermedades en una misma persona se denomina Síndrome Metabólico.

Esta enfermedad se manifiesta con la llamada "triple P": poliuria (ganas excesivas de orinar), polifagia (hambre) y polidipsia (abundante sed).

Para el tratamiento de este tipo de diabetes hay algo fundamental: la pérdida de peso. Al perder peso reducimos la resistencia de las células a la insulina, favoreciendo por tanto un reestablecimiento de nuestros niveles de glucosa en sangre.

Debido a que este tipo de diabetes está asociada casi en su totalidad a un ligero sobrepeso, la dieta a seguir sería una dieta baja en calorías, que nos ayude a bajar ese peso y a la vez que nos permita controlar esos niveles de glucosa en sangre.

Para ello, es muy importante el consumo de alimentos ricos en fibra, entre los que se encuentran los productos integrales, tales como el arroz, la pasta o el pan.
Por otro lado, consumir verduras también favorece la regularización de los niveles de azúcar en sangre.
Estos alimentos, con un índice glucémico bajo (ya lo explicaré en otro post) son muy recomendables para los diabéticos, ya que el azúcar se libera lentamente a la sangre, evitando los llamados picos de glucemia, más conocidos como la "subida de azúcar".

Algo a tener muy en cuenta es la restricción de frutas de la dieta, ya que al estar compuestas por azúcares simples, no son del todo recomendables para el diabético, limitando algunas de éstas como uvas, plátanos o zumos naturales.

Respecto a las carnes, es conveniente limitar el consumo de carnes grasas, todo ello destinado a controlar el sobrepeso a la vez que controlamos el nivel de glucosa.

Por otro lado, es conveniente sustituir de vez en cuando el azúcar natural por algunos edulcorantes artificiales, aunque tampoco debe liberalizarse su consumo, ya que estas sustancias no son naturales y un consumo excesivo puede producir prácticamente el mismo efecto que el consumo de azúcar natural.
Existen además algunos productos denominados "bajos en azúcar" o "sin azúcar" que en ocasiones pueden ser útiles para la alimentación del diabético, aunque siempre hay que tener presente que la alimentación debe ser lo más natural y variada posible, evitando hacer usos excesivos de estos alimentos. Los productos “bajos en azúcar” contienen menos del 25 % de azúcar, mientras que los alimentos “sin azúcar” contienen menos de 0,5 g de azúcar. Por tanto, esto no quiere decir que estén exentos de azúcar, por lo que no se debe abusar de este tipo de productos. Además, estos alimentos adaptados suelen tener un mayor contenido de grasa que los originales, por lo que deben limitarse en dietas de adelgazamiento.

En general, siguiendo una dieta baja en grasas, limitando los embutidos, fritos y rebozados y en general la bollería industrial, podemos conseguir mantener a raya este tipo de diabetes, pudiendo incluso llegar a desaparecer si seguimos unas pautas de alimentación muy saludables, haciendo algo de ejercicio físico y manteniendo un horario más o menos regular de las comidas para controlar mejor los niveles de glucosa.

Aumentar el número de comidas diarias introduciendo en cada una de ellas una menor cantidad de hidratos de carbono favorecerá un equilibrio en nuestro organismo.

Como podéis ver, el tratamiento nutricional de muchas enfermedades puede ayudar a controlar sus síntomas e incluso hacer que ésta desaparezca... por ello, como bien decía Hipócrates...

Que tu medicina sea tu alimento, y el alimento tu medicina

Feliz miércoles!




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